Revisión de 1ª Concentración Coupes de los 80 ...Un aperitivo... FOTOS de Mié, 29/09/2010 - 20:57

El pasado fin de semana se celebró la I Concentración Turística Ochenta Coupes, organizada por el Fuego Club España, en Calatayud.
Junto a los Renault Fuego, Opel Manta y Audi Coupe, estuvieron los Capris de nuestro Club.
El sábado, tras un viaje bajo la lluvia, llegamos los primeros Capris a la Plaza del Fuerte de Calatayud, donde nos esperaban ya un grupo de Fuegos y Mantas, bajo un cielo amenazante de lluvia, pero que por suerte nos respetó en los momentos que no estuvimos bajo cubierto.
Durante la mañana los coches estuvieron expuestos en el centro de la plaza, dedicándonos a hacer fotos y a curiosear en los coches de los demás, con el interés añadido de que esta vez no solo había Capris.
Después de la charla y el tradicional refrigerio, realizamos un recorrido en coche por las estrechas calles del centro de la ciudad.
A la hora de comer, tomamos posesión de las habitaciones del hotel y a continuación degustamos un típico menú aragonés (¡que rico el Ternasco!).
Después de la sobremesa, los mas cansados se quedaron en el hotel reponiendo fuerzas y los mas "culturales" realizamos una visita turística, con un guía facilitado por el Ayuntamiento de Calatayud, que nos enseñó los monumentos mas representativos del la localidad.
Después del paseo, algunos pudimos disfrutar del Spa del hotel (las plazas eran limitadas), y tras el "remojo" volvimos al salón del hotel para la cena y la entrega de trofeos y recuerdos. Por cierto, uno de los Capris se vino con premio.
El domingo por la mañana, salimos en caravana hacia el Monasterio de Piedra. Tras la ruta llegamos al Monasterio donde teníamos reservada una zona para poder aparcar nuestros coches.
Pudimos disfrutar de dos horas de visita al Monasterio y alrededores, donde los que antes no habíamos estado, nos quedamos impresionados por el exótico paisaje. La lluvia nos volvió a respetar y por suerte realizamos la ruta sin mojarnos.
Tras comer en el restaurante que hay en las mismas instalaciones del Monasterio, nos montamos en nuestros coches para regresar a casa.

Tenemos que dar las gracias al Fuego Club España, por haber organizado esta concentración e invitarnos a participar, especialmente a Tomás que ha llevado el peso de la organización.
Espero que volvamos a juntar nuestros Coupes ochenteros en próximas actividades.

La anécdota del fin de semana era ver a nuestro "presi" despreocupado y sin agobios, al no tener que preocuparse de organizar nada. Espero que así pudiera disfrutar algo mas que de costumbre.

Un saludo
Chema

Después de las fotos de aperitivo y la crónica, esperamos impacientes el reportaje fotográfico de Charly ;) .

Un coctel perfecto para el fin de semana: Coches clasicos, naturaleza,visitas culturales, un buen hotel y sobre todo los amigos de siempre y la gente que conoces, que hacen todo lo posible para que, los que vamos de visita, estemos lo mas a gusto posible.Gracias sobre todo a Tomas y a su organizacion.Mi familia y yo(parezco el rey....) lo pasamos muy bien.
Un saludo A TODOS

Estimados Socios y Simpatizantes:

Además de la impecable crónica que nos ha relatado nuestro Vice Snowman (en efecto, disfruté bastante más que de costumbre, despreocupado y sin agobios, una situación verdaderamente curiosa…), y del inevitable saludo a Tomás Beltrán y a toda su gente, (que nos hicieron sentir como en familia), recojo el guante que me ha dejado Charly (el gran fotógrafo Carlos Pérez Muley, que tiene ya la galería de fotos en la web), y escribo una crónica de lo que servidor vivió en estos dos días. Pero será ‘la otra crónica…..’.

Todo comienza en Madrid, a eso de las 15:30, cuando Víctor Manuel Acosta y yo, a bordo del Federal propiedad de Rubén Francisco Tomás (nuestro Delegado en Granada), nos enfrentamos a una carretera de Barcelona con destino a Calatayud, que más parece el mar Cantábrico que una autovía. 50 kilómetros por delante, Pepecapri (José Juan) y familia también han emprendido marcha (al igual que nosotros, las obligaciones laborales nos han obligado a ‘saltarnos’ más de la mitad de la jornada del sábado).

Continúo. Tras parar a echar la obligada gasolina, con más lluvia encima de la lluvia, medio kilo de plátanos (ricos en potasio que nos comimos entre Víctor y servidor), y algunos bizcochos riquísimos, llegamos a Calatayud con un Capri que más parecía un mercadillo que un clásico, y más de siete horas de retraso con respecto al horario previsto… José Juan and family ya habían llegado felizmente una hora antes que nosotros, por lo que tampoco pudieron disfrutar del excelente ternasco del que habla Snowman en su crónica, aunque sí lo hicieron de parte de la visita cultural. Una auténtica lástima.

Víctor y yo, una vez aparcado el Federal junto a Capris, Mantas, Fuegos, Talbots y Renaults, dimos rienda suelta al gatillo de la cámara, y después de agotar una tarjeta de 1 Mb, hicimos nuestro particular recorrido cultural a la maravillosa iglesia de San Juan El Real, hasta que nuestros compañeros de Club nos avisaron de que ya estaban en la zona de aparcamiento. Tras los correspondientes (y sinceros) abrazos con ellos, nos presentamos todos los aficionados desconocidos que allí nos dimos cita, y cuando llegó la hora acordada, pusimos rumbo al hotel Castillo de Ayud (absolutamente recomendable para quien pernocte en la población aragonesa), donde una buena ducha y una mejor cena con buenos aficionados y excelentes amigos, puso punto final a la primera jornada de la concentración.

Perdón: se me olvidaba destacar el punto crucial de la noche: el Federal que tuve el privilegio de conducir, propiedad de Rubén, fue elegido por la organización como el mejor clásico asistente a esta primera Concentración de Coupés de los 80. En todo momento ellos conocieron que el Capri pertenecía a la década anterior (1974), pero eso no fue obstáculo para que el veterano Ford se viera reconocido en público. Por lo tanto, enhorabuena para Rubén y lo mismo para su fiable MkI.(ahora prosigo con la crónica…..)

El domingo amaneció con nubes, y un riesgo de lluvia que se fue disipando a lo largo del día. Una vez desayunados (¡qué tostadas, qué jamón, qué queso, qué bollería con más bollería…..!), abandonamos el hotel para poner rumbo al Monasterio de Piedra, un emplazamiento natural inigualable situado en el término municipal de Nuévalos, y a unos 20 minutos de Calatayud por la A-202. Allí se volvieron a reunir Fuegos, Mantas, Capris, Talbots y algún que otro ‘clásico’ de la zona (un Land Rover, por ejemplo, del propio Monasterio), visitamos el parque natural que sorprende tanto por su variedad vegetal como por las salvajes aguas del río Piedra. Por cierto, no me puedo resistir a ofrecer un párrafo (no es mío) que nos ‘culturizará’ un poco más a todos: ‘la composición calcárea del terreno hace que las aguas limpias y frescas del río tengan una gran concentración de carbonato cálcico. Así todo lo que el río ‘toca’ se convierte en piedra. De aquí el nombre de río Piedra.’ Y copiado esto, prosigo.

El recorrido por el paraje natural nos tuvo ocupados por espacio de unas dos horas largas. A servidor, poco acostumbrado a desplazamientos a pie (el coche…¡siempre el coche!), el trayecto le provocó, además de un emergente cansancio, una renovación del apetito (saciado durante la comida), y el agotamiento también de la cámara de fotos (batería, tarjetas de memoria….). Pero por encima de todo, quiero dejar constancia de que lo visto no sólo no mereció la pena, sino que el que escribe estas líneas lo recomienda como punto obligado de los parajes naturales a visitar.

Tomados los cafés, y con el buen sabor de boca de sentir que el fin de semana nos había devuelto los tiempos en que salíamos como verdaderos jóvenes ilusionados a disfrutar de los amigos y los Capris, llegó el momento del punto y final. Saludos, intercambio de teléfonos, intenciones de volvernos a ver en el futuro próximo (hay que conseguirlo, merece la pena el compromiso) y dos jornadas dignas de ser recordadas, han sido el colofón para que, cuando algunos de nosotros llegamos a Madrid (lo comenté con Víctor), ya tuviéramos el ‘gusanillo’ que nos hacía mirar hacia atrás con las ganas de ir hacia delante. Aún más ganas.

Ojalá este tipo de encuentros nos lleve de nuevo a Calatayud, y no sólo veamos Mantas, Fuegos, Talbots y Capris (conocidos), sino que también podamos ver y compartir muchos más clásicos de los 80, incluidos esos otros Capris que del norte y noreste peninsular, también se mueven con la única idea de ‘mantener la leyenda viva’. Espero que este último párrafo se pueda entender, desmenuzar, meditar y, por qué no, llevar a cabo. Muchos confiamos aún en ello.

Un cordial saludo para todos.
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